lunes, 23 de junio de 2008

GRIS DE ANTES DEL INVIERNO


La primera lluvia de junio se anticipó al invierno.
Descargó paciente pero con fuerza sus gotas sobre la ciudad abandonada, sin darse descanso ni por un instante. Como las lágrimas que se aprietan pero que al final pujan y caen, certeras y dolorosas como puñales.
La letanía suave y melancólica del jazz que suele acompañarme golpea contra los cristales empañados. Y se derrama como el agua que resbala del otro lado. Las gotas se entrelazan con cada nota estrellada sobre el vidrio.
Se dibuja mágicamente un estallido de sensaciones encontradas. Se palpa en el ambiente el dolor de la soledad. “La espina de tu ausencia”, hubiera dicho el “poeta” hace no muchos años.
El gris del día predomina por donde se mire. Un gris pesado y denso como aquel sol negro que ni Bukowski hubiera imaginado tan intenso y real como el de hoy, detrás de las nubes.
El espacio que me rodea es ancho y prolongado. No se como ocuparlo ni de que manera emplearlo para que tenga un poco más de ese calor que imaginé hasta no hace mucho.
La casa esta sola. Vacía.
No puedo llenarla con mi presencia.

Porque falta la tuya

miércoles, 11 de junio de 2008

AQUI ESTAMOS OTRA VEZ, DESPUES DE ALGUN TIEMPO

Mientras trato de reacomodarme, busco la manera de admitir su ausencia. Las preguntas pendientes no tendrán respuesta, al menos por ahora. Pero, aunque no parezca, la poesía, las palabras agrupadas en diferentes ritmos y construcciones, suelen tener algunos indicios que nos permiten darle forma a las angustias y los dolores. Por eso rescato algunas cosas escritas hace muchos años. He vuelto a leerlas y me parece que fueron elaboradas hace no tanto tiempo. Las quiero compartir con vos, anónimo que entra a este espacio sin saber porqué ni para qué. Desde ahora son tuyas tanto como mías. Por primera vez las comparto. Disfrutalas.


En el más eterno de los silencios me inventé,
después de muchos años,
las nuevas oportunidades que yo mismo había tirado por la borda.

Era quizás mirar una calle, un libro, un rincón de mi casa,
o escuchar una palabra, una melodía o un llanto desconocido,
para volver a sentir el llamado del poeta.

Es cierto.
Cuando nos despedimos nunca imaginamos
un reencuentro forzado.
El pensó en encontrarse con nuevas mentes a las
que incentivar.-
Yo, con convencerme de que solamente fue una simple
etapa de ni vida.-
Y aquí estamos.
Luchando los dos contra la ignorancia del
tiempo desaprovechado.
Tratando de recoger los papeles que se nos
fueron cayendo por el camino.
Y en eso estamos
Volviendo a vivir juntos un presente pero esta vez,
sin ponerle fecha a las despedidas.

Vamos a dejar que el tiempo haga lo que tenga que hacer.
Vamos a construir las respuestas a las preguntas que nos hicimos durante tanto tiempo.
Y vamos también a imaginar los caminos de vuelta,
para que los regresos improvisados no nos tomen por sorpresa.

Definitivamente vamos a vivir una vez más
la increíble experiencia de volar libremente
entre las serenas locuras de nuestras mentes,
para ver si reconquistamos un poco la alegría de sabernos vivos
En Buenos aires, junio de 1981


HORAS

¿Hacia donde transcurren las horas que uno deja pasar?
¿Por cuáles senderos transitan, quienes se apoderan de ellas?
¿En que relojes se meten, qué significados van tomando?

¿Serán horas últimas para algunos?
Horas que marcan finales inapelables,
minutos contados sigilosamente
para que no se den cuenta que los cuentan
¿O segundos que definen situaciones?

Acaso horas que se suman a otras
que aún no terminaron de pasar.
Horas que alargan los plazos,
que tornan interminables las noches sin sueño.
Sin sueños

Horas de juego para los niños.
Horas de agonía para el moribundo.
Horas veloces para el condenado.
Horas como siglos para los viejos.
Horas extras para el empleado.
Horas acumuladas porque sí por el avaro.
Horas de ensueño para los enamorados.
Horas de martirio para el desvelado.
Horas sin tiempo.
Sin dueños.
Sin sentido. Sin relojes.
Horas muertas.

Tiempo arrebatado al tiempo.

¿Adonde van? ¿Quién las tiene?
¿Para qué las usan? ¿Quién las mide?

Nadie sabe.
Nadie nunca fue capaz de medir al tiempo.
Solo cuando no se lo tiene.
O se lo ha perdido.
(El Dolor de la Soledad – 1996)


Ahora espero.
Todavía respiro ese efluvio de nostalgia
de la última mirada.

Ahora espero.
Y me revuelvo entre mis sueños
en una constante madrugada.
Pero me duermo
y me confieso con el día que me aguarda en la llegada.

Y no reprimo a mis angustias.
No rechazo a la esperanza.
Continúo caminando sin respiro.

Y aún así, rescato del olvido
las horas sin uso del pasado.
Esas horas que me conducen a buscar,
entre las líneas de mis manos,
aquella provocada al cerrar los puños
por no poder jugarle una carrera al tiempo,
por no poder retener el agua que se me escurre entre los dedos

O aquella provocada por el miedo
de verlas envejecer
sin que hayan aprendido a recibir caricias.
En Buenos aires, Junio 1978


Espero con brusca paciencia el día.
Solo.
Remando entre el viento y el miedo.
Rescato del recuerdo
la ignorancia,
Extraño demasiado la vida,
Como para seguir así.
Trato de respirar el aire del olvido,
pero no me convenzo.
Ahora la agonía del día es rápida,
y la noche transcurre con la lentitud del tiempo que espero…

Vestigios de ensueños.
Colores fugaces.
Delirios del sol junto a las nubes.
Después de la lluvia.

Canto al viento,
gritando a veces.
Y clavo mis uñas en la tierra.
Se me escapa.

Quiero al sueño.
Corriendo siempre.
Traspasando la ultima gota de sudor a mis sábanas.
Y una feria de tinieblas
Envuelve de a poco mis dedos.
Dolor antiguo al golpe…

"Callo al tiempo extraño que me persigue…" (León Felipe dixit)
Febrero 1978.

martes, 13 de mayo de 2008

ESPEJOS

"dos cargas opuestas buscando lo mismo…"
("Deseo" – Jorge Drexler – 2004)

Ella es dulce
Yo soy áspero
Ella disfruta el diálogo
Yo cultivo el silencio
A los dos nos gusta la música.
Ella disfruta de los románticos.
A mi me gusta el jazz

Ella ama el invierno.
Yo odio el frío.
Ella es bailarina
Yo soy estático.
A los dos nos gusta leer.
Ella lee poco.
Yo leo más de la cuenta

Ella es bondadosa.
Yo tengo un costado malvado
Ella llora para descargar.
Yo río para no llorar.
A los dos nos gusta el cine.
Ella duerme las películas.
Yo la veo hasta el final.

Ella quiere reconciliarse con la vida.
Le roba tiempo a lo que no tiene
y busca la forma de construir el camino
que la deposite en el mágico hecho de disfrutarla.
Pero tiene culpas por lo que queda en el debe
Y no advierte que así no disfruta el haber

Yo busco reconciliarme conmigo.
Le quito fuerzas al alma para desandar el sendero
A veces camino a tientas, guiándome por instinto,
creyendo que puedo salvar los obstáculos.
Pero las valijas de la soberbia me doblan las espaldas
y no advierto que así retrocedo en lugar de avanzar

Ella tiene dos ojos que destellan
Yo tengo dos ojos que solo a veces saben mirar
Ella tiene dos piernas blancas y fuertes como el marfil
Yo tengo dos piernas que apenas si me sostienen a veces

Los dos tenemos el corazón herido.
Ella procura repararlo como puede
Yo me quedo mirando la herida sin saber como restañarla


Ella tiene dos manos pequeñas
que aun deben aprender a acariciar
Yo tengo dos manos que desean
que alguien alguna vez las acaricie
Ella sabe que esperan
pero no sabe como llegar
Yo se que ella no sabe
pero no se como decírselo

Ella y yo, seguro, nos amamos.
Yo la amo con locura
y no se como se hace para amar
y no lastimar en el intento.
Ella me ama, quizás con más cordura
pero no sabe si esta segura de amarme
sin lastimarse a cada momento

Somos tan distintos en apariencia
que no nos damos cuenta
que pese a todo el amor fusiona
Y en esas diferencias esta la clave

Estamos cerca y lejos
A veces más lejos, a veces menos
Pero hay formas de llegar
a que estar cerca sea la constante
Porque duele alejarse
Duele no encontrarse en el otro
lastima saber que es posible,
es necesario, es imperioso,
y no alcanzarlo siendo tan simple

Ella es la mujer de mi vida.
Pero no se si mi vida la merece
Habrá que hacer el trabajo necesario
para merecerla. Desearla no es suficiente.
Y ella lo sabe.

Agosto 2005

lunes, 28 de abril de 2008

MIRADAS DE REOJO


Te miro y me reencuentro
aunque a veces no sepas
que muy frecuentemente
te observo en el silencio
de tus ojos ausentes

Te miro suavemente
cuidando que mis ojos
en su afan de recorrerte
no rompan tu descanso
ni perturben tu mente

Me veo claramente
mirandote de lejos
aunque a veces tus ojos
no adviertan que los míos
te abrazan poco a poco

Si tu esencia precisa
saberse bien mirada
sentirse pretendida
por ojos que desean
y manos que te abrigan

o si en cambio a veces
precisa lo contrario,
tener la rienda corta,
que la miren de reojo
sumirla en el silencio
como a quien no le importa...

...entonces acordate
que siempre habra dos ojos
que son como los tuyos.
Que buscaran miradas,
encuentros y conjuros
para poder mirarnos
en cualquier circunstancia.
Y sentir que aunque lloren
los míos y los tuyos,
podemos encontrarnos
mirandonos de frente
tus ojos en los míos,
y los mios en los tuyos.

(Una tarde de otoño, en mayo de 2006)

martes, 22 de abril de 2008


Dame las lágrimas de un niño
su manera de llorar desconsolada
Un puñado de sal de un mar extenso
y un destello revelador de tu mirada

Dame un día de tu vida, uno cualquiera,
un silencio que cubra mi impotencia
de no tener a mano un argumento
para darle un jaque mate a mi conciencia.

Dame una caricia cargada de ternura
que me sacuda las lágrimas que guardo
a ver si entonces, soy capaz de desplomarme
después de tanto llanto, después de haber callado tanto.

Dame un beso de aquellos, de los mágicos
para ver si se rompe el maleficio
que escondió nuestros deseos más preciados
entre las piedras del final de un precipicio

Dame un sábado a la tarde, o un domingo,
un momento arrebatado a la rutina
donde te pueda confesar casi en silencio
cómo duelen las ausencias, cómo lastiman.

Pero no me des un discurso de consuelo
ni cajones con palabras sin sentido.
No quiero convertirte en un recurso,
en pasajera inadvertida del destino

Dame entonces todo aquello que te pido en estos versos
que es como pedirte que te quedes
No me mires por afuera de esta historia,
ayudarme a despojarme de estas redes

Dame por fin tu presencia y tu figura
en un abrazo estrechado a la distancia
Te necesito cerca de mí, cada noche
que es cuando más extraño tu fragancia

Te necesito claramente cada día
más aún cuando la ausencia me deja sin rellanos
No es para sentirme menos solo
sino para decirte que te amo.

PORQUE "ABECEDARIO"

Hace 36 años escribí mi primer cuento. Apenas 14 años y ya entonces sentía sobre mí el peso de angustias y soledades no resueltas. Se llamaba "Abecedario". Hoy, más de 3 décadas después, se me aparece como el punto de partida para compartir, por primera vez, aquellas cosas que siento y pienso. Pero que callo desde entonces. Las palabras escritas también hablan. Escuchalas.